Dama.

Te invito a mi vida,

te invito a beber,

te invito desnudo,

desnudo de ser.

Sin prejuicios,

ni intervalos,

te invito a volcarme,

lento,

en el sillón de mi cuarto.

Hacernos los santos

e ir a mezquitas,

creyendo en el cielo,

comiendo fajitas.

Te invito a mi llanto,

a mi alcoba barata,

a mis pies sin medias,

sin alfombras en casa.

Te cobro por hora,

te cobro por vida,

porque cuando me enamoro,

me demoro la vida.

Un chocolate de leche,

una teja de Ica,

un beso el la espalda,

y me tienes lista.

Porque soy prostituta,

prostituta sin revistas,

que vienen con música,

y se van vestidas.

Dama del amor,

dama del parque,

dama que te quiere,

dama que no sabe.

Es un amor de cobardes.

Te deprimes,
te vas con uno,
con dos,

con tres y mientes.

Mientes porque son amigos,
engañas a tu corazón,
lo único que te ciega,
es tu orgullo y rencor.

Y te difundes en su alma,
en jaula de quince barras,
tu esencia es lo que inyectas,
veneno lo que penetra.

La miras a los ojos,
y sientes su amor,
temes tocarla,
porque ahí está el perdón.

No te nace abrazarlo,
por el miedo al pasado,
ríes mucho del presente,
corres y huyes,
porque sabes que el miente.

Su relación es de mentiras,
mentiras de amistad,
miradas prohibidas,
pensamientos obscenos,
subconsciente negro,
bragas de adorno,
que no eres capaz de quitar.

Es un amor de cobardes,
que se queda entre dientes,
nunca se consuma en un beso,
de esos le das a otra gente.

Gente que no sabe de versos,
ni de miradas ardientes,
gente que no ve en tu cabeza,
todo lo que yo veo.

Amor de cobardes,
amor en desenfreno,
amor en subconcientes,
amores sin dueño.
Amores negados,
fusilados y escondidos,
amores de amantes,
amores ficticios.