Sintiendo el reloj,
ya no sufro más,
me miro perder,
me escucho mirar.
.
En tu regazo me siento,
y nadie me puede alcanzar,
tu y yo estamos tan lejos,
tu y yo vamos a explotar.
.
Caricaturas suficientes,
de una muerte súbita insospechada,
alertan a mi mente,
que puedo estar un poco desquiciada.
.
Pero nada es tu culpa,
y la culpa solo es tuya,
el haberme jodido la vida,
por unas cuantas semanitas.
.
Y me miras con cara de perdón,
te equivocas,
ya no me gusta el chicharrón,
prefiero a los cerdos de San Fernando,
no uno que va por mi vida volando.
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