El que no tiene fotos, el que tiene hermoso rostro.

Nunca hablo de ti, eso me parece idiota, porque eres uno de los pocos que valen la pena.

Te conocí cuando tuve 4 años, tu tenías 6 y me jalabas el pelo. Luego nos alejamos un poco y en una reunión nos volvimos a hacer amigos. Ahora somos inseparables.

Contigo salen las fotos más hermosas, aunque nunca estés en ellas. Eres un gran fotógrafo. Recuerdo cuando nos despedimos la última vez que estuve contigo, mi mamá nos tomó una foto después de pintarnos con Sharpie lunares "sexies". Siempre me has dicho que mi espalda es bonita, pero no puedo mostrarla mucho (mi papá me mataría). Me gusta cuando sonríes y me dices que todo va a estar bien, o cuando me invitas a tu departamento que más parece mío por la decoración. Ese lugar es perfecto. Tu lo haces perfecto. Amo que estés ahí para mi, amo que seas tan transparente, amo que seas el hermano que nunca tuve y amo que me abraces mirando por tu ventana.

Extraño embriagarnos con Coke y pintarnos el cuerpo con plumones, remojarnos en tu jacuzzi mientras comemos Tostitos con salsa de queso y cantamos canciones idiotas. Extraño llorar en tu pecho y que me abraces y no digas nada. Extraño que me digas te quiero al oído que vayamos de shopping y te compres nuevas zapatillas. Te extraño. Te quiero. Te merezco y tu a mi. No sé si Orlando sea mi lugar, sólo sé que si me mandan para allá, tu atenuarás el dolor de extrañar a los de acá.

Foto by: mi mamá. En el lago de la casa. Una tarde antes de regresarme. Con Pauhlo y mis tres hermosos lunares falsos. Es una de las pocas fotos donde mi espalda sale como tu dices que es. No se me notan los huesos...es la posición.